Política

Alberto Fernández licitará nuevamente una controvertida obra que Cristina Kirchner nunca terminó

0

A pesar de que su construcción fue frenada porque se encuentra investigada en la justicia federal porque se habrían pagado sobreprecios del 90%, el Gobierno dejó esta semana bajo la órbita de Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT), cuyo interventor es Aníbal Fernández, la construcción de una usina térmica ubicada al lado de la mina de carbón santacruceña.

La construcción de esta usina de carbón y térmica está bajo investigación judicial. Se encuentra sospechada de sobreprecios del 90%. Hasta ahora ya se desembolsaron 1.600 millones de dólares, y faltan otros 240 millones para terminarla.

El Decreto presidencial dejó la obra pública de la Central Térmica Río Turbio bajo la órbita de Yacimientos Carboníferos de Río Turbio y de los Servicios Ferroportuarios con Terminales en Punta Loyola y Río Gallegos. Fue la instancia previa para que YCRT prepare un nuevo pliego licitatorio para concluir una obra rodeada de denuncias judiciales, y que de hecho, en plena campaña electoral de 2015, había inaugurado Cristina Kirchner.

Fue el propio interventor, Aníbal Fernández, quien requirió incorporar bajo su dependencia la obra de la Central Térmica Río Turbio. La construcción nunca se terminó, ya que además de los vaivenes administrativos y las causas por corrupción y sobreprecios, la empresa a cargo de la obra, Isolux Corsán, quedó envuelta en la investigación de los Cuadernos de las Coimas. El gobierno de Macri siempre sostuvo que el costo de terminar la obra no justificada la generación de energía que podía aportar al sistema, además que se trataba de una licitación sospechada de corrupción.

Cuando Aníbal Fernández asumió como interventor de YCRT -un yacimiento que, según la justicia federal, fue utilizado para el desvío de fondos por 176 millones de pesos durante el kirchnerismo-, aseguró que la Usina Térmica iba a concluirse y ponerse en marcha.

Según el plan oficial, primero se licitará la primera de las dos calderas de la Usina, que deberá generar 120 MW, y por otro lado el carbón que requerirá para su funcionamiento deberá ser garantizado por el yacimiento minero, que fue objeto de diversas investigaciones judiciales por su elevado costo y bajo rendimiento.

Si se concluye, Rio Turbio aportará 200 mega watts al Sistema Interconectado Nacional, y cada una de esas unidades de medida terminará costando más de 900 dólares. Es 12 veces más de lo que cuesta un «mega» de generación térmica, que no llega ni a 70 dólares​.

El país tiene 25.000 MwH de demanda energética. Durante las gestiones anteriores del kirchnerismo hubo proyectos de ampliación de esa capacidad, que quedaron inconclusos. Cristina Kirchner licitó la Usina Termoeléctrica de Río Turbio, una obra diseñada para dos calderas. En 2015, en plena campaña electoral, inauguró sólo una de ellas, que a las 48 horas dejó de funcionar.