El presidente Alberto Fernández defendió este miércoles su decisión de intervenir y expropiar a la cerealera Vicentin de un miembro de su propio partido, el exfuncionario kirchnerista Guillermo Moreno, quien advirtió que el presidente no tiene motivos para intervenir la firma.
«Celebro que Moreno se preocupe por la legalidad antes de que entre con guantes de box y matones a una asamblea [por su irrupción en el Grupo Clarín]», lanzó.
Ayer, el exsecretario de Comercio cuestionó la intervención de la empresa «porque está en convocatoria de acreedores». «No es facultad del Presidente intervenir una empresa del sector privado bajo cualquier circunstancia, pero menos aún si está en convocatoria de acreedores, que significa que está bajo el paraguas protector de un juez natural», dijo.
Fernández reiteró que la intervención de Vicentin es «un caso excepcional». «Estoy rescatando una empresa», subrayó: «El tema es así: cuando uno expropia tiene que hacerse cargo inmediatamente de la empresa porque hay riesgo de que mientras tanto ocurran maniobras que vacíen a la empresa , como traspaso de acciones, movimientos de dinero que uno no controla», señaló.
«La misma ley permite que ingrese el Estado en este caso para garantizarse la administración de la empresa», afirmó el mandatario.
Respecto de las críticas de Roberto Lavagna a su decisión, el Presidente relativizó la advertencia del exministro de Economía: «No pude hablar ayer con él. Dice ‘esta idea de la expropiación no me gusta’. Bueno, a mí tampoco. Después dice ‘espero que sea para bien y no se haga como otras veces’. Ese es el gran desafío que tenemos. Yo pienso igual que Lavagna», indicó.
Para el mandatario, «la expropiación es un remedio excepcional». «Espero que no ocurra nunca más», insistió.
Por otra parte, Fernández negó que haya hablado con Mauricio Macri sobre el caso de Vicentin antes de que terminara el gobierno de Cambiemos.