Judiciales

Atentado a CFK: se cae la teoría de la querella sobre una organización política detrás del ataque

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A medida que avanza la investigación judicial sobre el atentado contra la vicepresidenta Cristina Kirchner, queda más al descubierto que el ataque fue llevado adelante por un grupo de personas fuera de sus cabales. Ahora se conoció la última indagatoria a Nicolás Gabriel Carrizo, acusado de ser el líder de “la banda de los copitos”, quien sostuvo que todo se trató de una “broma”.

El detenido como partícipe secundario del atentado a la ex mandataria, sostuvo este miércoles ante la Cámara Federal porteña que eran “broma” los mensajes de WhatsApp que se encontraron en su celular, y dijo que “no soporta más estar en la cárcel”.

Carrizo se presentó en una audiencia, en donde apeló su procesamiento con prisión preventiva, en manos de su abogado Gastón Marano, que proclamó también la inocencia de su defendido y aseguró que en su procesamiento “se violaron sus garantías constitucionales y estado de indefensión absoluta”.

 

“Está en un estado de indefensión absoluta. No hizo ningún aporte para el hecho”, señaló el letrado y pidió “dictar la falta de mérito hasta poder producir la prueba faltante como citaciones de testigos y acceso a legajos reservados”.

Además, sobre los chats que fundamentaron el procesamiento del joven, el abogado explicó que “eran una cuestión de humor negro”, pero de “ninguna manera se probó su participación”.

Por su parte, otra de las acusadas Agustina Díaz, también recurrió al mismo pedido, en donde diferenció que todo era un juego entre amigos. Además, aseguró que quiere volver con su familia y les pidió a los camaristas que tomen la decisión adecuada.

Mientras tanto, la jueza federal María Eugenia Capuchetti, consideró al procesarlos que “los sucesos del 1 de septiembre fueron el capítulo final del plan delictivo que previamente habían acordado, diseñado y estudiado Brenda Elizabeth Uliarte, Fernando André Sabag Montiel, Nicolás Gabriel Carrizo y Agustina Mariel Díaz”.

Sin embargo, en el trascurso de la investigación judicial no pudo probarse que se trate de una organización encausada para atentar contra la vida de líderes políticos, ni se puso comprobar el soporte de una organización aún más grande, como pretende enfatizar la querella a cargo de los abogados de la ex presidenta Kirchner.