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Bonadio ordenó el decomiso de propiedades compradas por Daniel Muñoz, ex secretario de Néstor Kirchner

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El juez Claudio Bonadio dispuso el decomiso de varias propiedades que adquirió Daniel Muñoz, ex secretario privado de Néstor Kirchner y receptor primario de los bolsos repletos de dinero provenientes de las coimas que pagaron empresarios.

Las propiedades estaban a nombre de varios de los testaferros que puso Muñoz para que escondieran millonarios bienes adquiridos producto de la corrupción.

El decomiso afectó a bienes que estaban en manos de Carolina Pochetti, su viuda, y de Sergio Todisco, Elizabeth Ortiz Municoy, Alejandro Manzanares y Juan Manuel Campillo. Todos procesados por Bonadio por el delito de lavado de dinero.

Entre las propiedades decomisadas, compradas por Muñoz con el producto de los bolsos, se encuentran dos rentables garages ubicados en barrios estratégicos de la Capital, situados en la calle Malabia al 1700, Palermo, y en Amenábar al 1900 en Belgrano, que fueron decomisados. Ambos siguen funcionando y recaudando dinero que está bajo la supervisión de los administradores judiciales designados hace meses.

También fue decomisada la propiedad ubicada en la calle Pedro Ignacio Rivera al 5700 ,en Villa Urquiza, donde funcionaban las oficinas de Muñoz. En el garage de esa propiedad quedó estacionado un Ford A antiguo que formó parte de la flota de autos de colección que compró Muñoz. Se desprendió de todos menos del Ford A que fue secuestrado por la Policía Federal. Los uniformados solicitaron ser depositarios judiciales de ese vehículo para exhibirlo en el museo de esa fuerza de seguridad. Es que hace decenas de años ese modelo de auto fue utilizado como patrullero.

El juez ordenó también el decomiso de una propiedad situada fuera del país y que no pertenece al círculo de testaferros de Muñoz.

La orden firmada por Bonadio fue enviada a los Estados Unidos para que, además, se decomise un departamento que tiene a su nombre el financista Ernesto Clarens, quien admitió haber cobrado las coimas pactadas entre los empresarios de obra pública y los ex funcionarios kirchneristas. Y luego haber cambiado los pesos por dólares y euros y entregárselos a Muñoz en los ya célebre bolsos que el secretario llevaba a sus destinatarios finales.