By En medio de una crisis política y económica, el Gobierno de Alberto Fernández atraviesa una jornada cargada de reuniones, enojos y silencio. Es que tras los rumores de que Sergio Massa se convertiría en un “super” ministro de Economía, con fuerte influencia en el área y en los funcionarios correspondientes, comenzó una ola de renuncias.
El primero en marcar su salida fue el secretario de Asuntos Estratégicos de la Presidencia, Gustavo Béliz, que presentó al Presidente su renuncia al cargo que ocupaba desde diciembre de 2019.
El ahora ex secretario era uno de los funcionarios más cercanos al primer mandatario y durante su gestión asumió diversas tareas, entre ellas la dirección del Consejo Económico y Social. Fuentes internas del Gobierno nacional sostienen que el presidente se muestra firme en la postura de “la necesidad de salir de este momento”.
Otra de las caras que puso a disposición su dimisión, durante la reunión que mantuvo con el presidente en la Casa Rosada, fue la ministra de Economía, Silvina Batakis, que recién llegada de Estados Unidos, tuvo un tenso cruce con el mandatario y mostró su disgusto por cómo fue tratada en su breve gestión.
Si bien, no se supo si el Presidente aceptara la renuncia de la titular del Palacio de Hacienda, la llegada de Massa aceleraría la salida de la funcionaria cercana a Daniel Scioli, enemigo político del ex intendente de Tigre.
En las últimas horas, también se supo que quien hasta ahora ratificado por el Presidente, como ministro de Trabajo, Claudio Moroni, había puesto a disposición su renuncia. Es que el funcionario es sumamente cuestionado por Cristina Kirchner y un extraño aliado de Alberto, a quien parecen dejar en soledad ante un gobierno que se derrumba.
