By Luego del rebote mediático que tuvo el discurso de la Vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández, en la inauguración de la Asamblea Parlamentaria Europa-Latinoamérica (EuroLat), en donde no solo se refirió a los organismos internacionales, sino también a su propio frente de gobierno.
Desde el entorno cercano del presidente Alberto Fernández, no quisieron recoger el guante, y sostuvieron que “no fue entendido como un mensaje hacia nadie en particular“, en un intento de aquietar la interna dentro del propio espacio político.
En el mismo sentido, las fuentes comentaron que los dichos son “ideas de la Vicepresidenta que sostiene desde hace mucho tiempo y que ya las expresó”, aunque en lugar de aclarar la cuestión, esta definición refiere a que el enojo de Cristina para con Alberto viene desde larga data y nunca ha sido saneado.
Por su parte, desde el Senado, opinaron que las declaraciones de su titular tienen más que ver con una crítica hacia cómo el “establishment condiciona con su influencia a los funcionarios elegidos por el pueblo”.
A pesar del intento desesperado, por parte del Gobierno, de negar la gran segmentación ideológica que los divide. Se hacen cada vez más fuertes los rumores de cambios dentro del gabinete. Por un lado se espera la salida de varios funcionarios, afines a La Cámpora, dentro del Ministerio de Energía, lo que permitiría un aumento de las tarifas de la luz y el gas, como propone el FMI y acata Martín Guzmán.
En esa línea, también se rumorea sobre la salida del actual Secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, quien además de criticar duramente al ministro de Economía, ha mostrado su simpatía por el bando camporista del Frente de Todos, al pavonearse junto a Axel Kicillof en un acto en provincia.
