Política

El Gobierno derogó los protocolos el uso de armas de fuego y de pistolas Taser

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El Gobierno Nacional derogó el protocolo para el uso de armas de fuego que Patricia Bullrich impulsó en diciembre de 2018, que permitía que las fuerzas utilizaran armas letales sin necesidad de dar la voz de alto y sin agresión directa previa. Además, a través del Boletín Oficial publicado este martes, dio marcha atrás con el reglamento para el uso de pistolas Taser​ y revocó otros dos emprendimientos de la gestión Bullrich: el «Servicio Cívico Voluntario» y el programa «Ofensores en Trenes».

Con la firma de la ministra de Seguridad de la Nación, Sabina Frederic, la Resolución 1231/2019 derogó el «Reglamento General para el Empleo de las Armas de Fuego por parte de los Miembros de las Fuerzas Federales de Seguridad», puesto en vigor en diciembre de 2018 con la Resolución 956.

La resolución afirma que esta «excede los criterios impuestos [por la ONU] y se aleja del límite claro al uso de la fuerza letal por parte del personal de las fuerzas policiales y de seguridad». Asegura que «en la base conceptual de este reglamento subyace una inadmisible desconsideración del estándar de la legítima defensa».

Y remarca que las situaciones consideradas por la Resolución 956/2018 «atentan contra el principio de proporcionalidad y el de racionalidad del uso de la fuerza letal». Así, sigue el texto, «el aumento de la violencia genera una situación de mayor peligro para el personal policial, para quienes delincan y para terceras personas».

En su lugar, restituye la vigencia de las disposiciones de cada fuerza específica: Gendarmería Nacional, Prefectura Naval, la Policía Federal y la Policía de Seguridad Aeroportuaria.

En otro artículo de la Resolución 1231/2019 se deroga el «Reglamento General para el Empleo de Armas Electrónicas No Letales», es decir, el funcionamiento de las conocidas pistolas Taser, armas de electrochoque que disparan proyectiles con cables que administran corriente suficiente como para afectar los músculos, principalmente las extremidades, e inmovilizar temporalmente.

En este caso, la actual ministra de Seguridad de la Nación cuestiona el reglamento como «vago» y «general» y subraya que «en realidad no se establece criterio alguno respecto del empleo de tales armas electrónicas»: no delimita la distancia a la que debe ser utilizada el arma, los lugares del cuerpo donde puede aplicarse y cuánto puede durar, entre otros puntos.

Asimismo, Frederic derogó otros dos programas ampliamente promocionados por Bullrich: el «Servicio Cívico Voluntario en Valores» y el plan «Ofensores en Trenes».

La actual conducción sostiene que las finalidades y las funciones de la Gendarmería no guardan relación con los objetivos del Servicio Cívico Voluntario, que serían materia del Ministerio de Educación. «El Ministerio de Seguridad avanzó sobre una materia completamente ajena a sus objetivos y funciones», afirma el texto, que anuncia la transferencia de ciertas responsabilidad del programa a la cartera educativa.

Y cuestiona «la habilitación de un espacio de intervención entre una fuerza de seguridad militarizada con niños, niñas y adolescentes».

En cuanto al plan «Ofensores en Trenes», la principal objeción es que «criminaliza a los trabajadores mediante un exceso de controles innecesarios e injustificados».