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“Es positivo pero no es lo pactado”: la Policía Bonaerense opinó sobre el anuncio de Kicillof

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Desde el interior de los patrulleros apostados en las calles y desde las comisarías de distintos puntos de la provincia de Buenos Aires, los efectivos de la Policía Bonaerense escucharon este jueves la conferencia del gobernador Axel Kicillof en la que anunció que el nuevo salario mínimo de bolsillo de los oficiales será de $44 mil, además de un aumento en la compensación por uniforme, que pasará de $1.130 a $5000.

“Es algo positivo pero no es lo pactado. Nosotros le dimos un petitorio que no está siendo respetado. No se lo dimos para que lo interpreten a conveniencia de ellos”, gritó un agente desde la caja de un patrullero, ante las miradas atentas de sus compañeros en la manifestación apostada en la ciudad de La Plata.

Si esto es un reclamo salarial y de condiciones de trabajo, estamos dando una respuesta contundente e histórica. Si no, en otro caso vamos a comprender que es una cuestión política y una cosa distinta”, había advertido el Gobernador durante el anuncio. “Que no se nos tergiverse”, expresó casi en respuesta el agente. “Esto es netamente salarial. No nos hagan entrar en una situación en la que no quisimos entrar. Hoy toda la policía está en paro no porque quiere o porque le gusta, sino porque está cansada de ser manoseada”.

“El personal tiene que entender que esto es un hecho histórico. Se consiguió algo y hay una mesa de negociación. Hay que respetarlo, pero también tenemos que ir a buscar algo más”, dijo con cierta ambigüedad ante las cámaras de televisión otro efectivo que se identifica como oficial inspector de apellido Molina, desde la manifestación en Puente 12, La Matanza.

“En primera instancia nos vamos a quedar. Los que están en servicio se van a ir y los de franco nos vamos a quedar. No nos termina de convencer y vamos a seguir analizándolo porque, por ejemplo, no se habló de las sanciones. Además todavía no hemos visto una resolución. Queremos verla, hablar entre los que estamos en la mesa de negociación y buscar una solución, tratar de convencer al personal de que los vamos a representar y que lo vamos a solucionar de forma pacífica y negociando, como se debe hacer”, agregó. “Es histórico porque nos escucharon. Desde el gobierno de Scioli que no nos escuchan. No nos dio lo que queríamos pero nos escucharon y eso es un avance”.

En ese lugar, frente al Centro de Coordinación Estratégica de la Policía, los patrulleros comenzaron a retirarse. Pero quedaron los efectivos, especialmente los más disgustados con el anuncio de Kicillof. Allí hubo también, frente a la prensa, algunos encontronazos y discusiones entre quienes se pararon a hablar a los micrófonos de los noticieros para dar su opinión sobre el anuncio y se repitió una vez más el desorden que deviene de la ausencia de una vocería.

En la zona de Quilmes, un grupo de efectivos miró la televisión en una dependencia y no aceptó del todo los términos del gobernador: “No reúne las expectativas ni deja claro los puntos que fueron demandados. No se sabe qué pasa con el impuesto a las ganancias, la obra social IOMA, entre otras cosas”. Los mismos efectivos apuntaron: “Saben que no hay un líder y se aprovechan, es todo muy desprolijo”.

Un histórico referente policial en Lomas de Zamora aseguró: “Me parece que está dentro de los parámetros aceptables. Se desvirtuó tanto el reclamo que te ofrecen esto y lo tenés que agarrar sin chistar. El Presidente no hizo un acto de caridad, sino un acto de gestión netamente político. Hay que ver cómo se traslada a una planilla. Esa es la realidad. Va a haber retención de ganancias, va a aumentar IOMA. Los reclamos tendrían que haber sido más profundos y no a cosas superficiales. Está el tema de las sanciones. A uno lo pueden joder. Eso tiene que estar. Vos tenés una mesa de negociación agotada, tergiversada. El reclamo ya no tiene fuerza”.

En Berazategui, otro oficial que participó de las huelgas opinó: “Es la mirada de un economista, no la de un Gobernador… la plata que ofrece sigue siendo poca. Después de 12 horas de trabajo, la hora extra mínima tiene que ser de 200 a 250, no puede quedar nunca en 120 pesos. Con respecto a sumarios por la protesta a efectivos, traslados arbitrarios, no dijo nada, así que olvidate. Nos van a dar con todo. Para mí puede pasar algo con la superioridad”.

En el interior profundo, un hombre de rango a cargo de una jurisdicción entera es más conciliador: “Hay que ver cómo sigue la protesta. Para mí el Gobierno cedió y entendió muy bien lo pedido. Tampoco pueden exigir algo que no hay, no podés pedir lo que no hay”.

“El reclamo no tiene nada de político. El policía está cansado de tanto boludeo. Son $34.000 mensuales y un día de recargo extra a $480 por 12 horas de trabajo. De nuevo, creo que no tiene nada de político. El poli para llegar a fin de mes tiene que trabajar todos los días 12 horas, más el traslado, se hace una jornada de 14 horas, sumado a los préstamos que tiene más la tarjeta de crédito. Es muy difícil salir a laburar así. Yo por suerte estudié, tengo un comercio. Al final trabajo para la gente. Se aprovechó que no hay un líder e hizo una oferta a la baja. No existe un líder que pelee por nuestros derechos. Nadie surge. El subjefe de Policía estaba sentado ahí riéndose, tal vez sea el sucesor del actual. Veremos que fluye”, continúa otro oficial en Florencio Varela.

El reclamo, por otra parte, no es solo sobre dinero: muchos efectivos protestaron contra condiciones de trabajo adversas como sanciones en Asuntos Internos por roces con sus jefes, traslados arbitrarios lejos de sus casas, maltrato a personal femenino, algo que Kicillof no explicitó en su discurso. Tampoco se refirió a si los policías que participaron en la huelga serán imputados o acusados en Asuntos Internos.