By En un día de subas constantes, en donde el dólar paralelo llegó a tocar los 338 pesos y terminó operándose a 337, con una suba de 20 pesos. Mientras referentes del mercado comienzan a pedir una devaluación, el dólar blue y los financieros siguen batiendo récords.
Es que las medidas cambiarias anunciadas por el Gobierno, para que los turistas puedan vender sus divisas a valor del dólar financiero, fueron ignoradas por el mercado, convencido de seguir subiendo la cotización hasta desde el oficialismo reaccionen con una devaluación fuerte del peso.
Por su parte, operadores y grandes conglomerados económicos, como los que comercializan granos en el exterior, consideran que el Banco Central debe convalidar lo que en los hechos está ocurriendo y finalmente devaluar la moneda nacional. Sin embargo, el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) lo impide.
Por esta razón, desde el Palacio de Hacienda aún no saben qué medidas tomar para contener la fuerte escalada financiera, ya que la brecha cambiaria con el tipo de cambio oficial mayorista salta hasta el 160%, el mayor nivel en 40 años.
El Gobierno anunció que facilitará la liquidación de divisas de turistas extranjeros, quienes podrán vender hasta 5.000 dólares al tipo de cambio financiero (MEP). También, planeó que mejorará las condiciones de acceso al mercado de cambios para el pago de importaciones de insumos para “sectores estratégicos”.
Analistas explicaron que los movimientos en el tipo de cambio responden a dos factores: por un lado una creciente desconfianza en el peso y la capacidad del Gobierno de poder avanzar hacia equilibrios macroeconómicas que reduzcan el riesgo, y por otro un festival de emisión monetaria que viene realizando el Banco Central, que ha inundado el mercado de pesos.
Es decir, la gente no quiere pesos en los bolsillos y se apresura a comprar dólar o productos que cotizan en divisa extranjera, como los electrodomésticos o los autos.
Por otro lado, la presión sobre el tipo de cambio que se mantiene desde la entidad financiera que administra, Miguel Pesce, endureció el cepo cambiario a las empresas, a fines de junio, y se aceleró a partir de la renuncia del entonces ministro de Economía, Martín Guzmán, a principios de este mes.
