Política

La Ciudad adelanta algunos beneficios de la etapa 2 y habilita el teatro sin público y las bibliotecas

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El Gobierno porteño decidió esta semana comenzar a habilitar algunas de las actividades que estaban previstas para la etapa 2 de la cuarentena​, a pesar de no haber anunciado oficialmente el cambio de fase.

Entre los nuevos «beneficios» está la práctica de deportes individuales, como el tenis o el golf, y los ensayos y funciones en las salas de teatro, aunque sin público. Además permite la reapertura de las bibliotecas para el préstamo de libros y podrá volver a los museos el personal de mantenimiento y conservación de las colecciones e instalaciones. Una antesala de la apertura de los museos en sí, que es algo que se permitirá recién en la etapa 4.

El decreto que permite las reactivaciones fue publicado este lunes en el Boletín Oficial de la Ciudad. Por el mismo medio se comunicaron los protocolos que habrá que seguir en cada caso.

En el caso de los teatros, se habilitan el trabajo administrativo y de mantenimiento de espacios; los ensayos, entrenamiento y práctica teatral; la grabación y/o transmisión de contenidos en entornos digitales, y la realización de clases, talleres y seminarios. Todo esto sin público y con la menor cantidad de trabajadores que sea posible.

«Hasta ahora se venían ofreciendo transmisiones de materiales de archivo. Sí se podía hacer streaming en vivo de música desde la casa del artista. La novedad es que desde esta semana podemos hacer actividades sin público desde las salas teatrales. Esto permite la práctica teatral y por streaming, con mayor calidad y más profesional. También nos da la posibilidad de hacer mantenimiento en los teatros, algo que veníamos pidiendo, porque son edificios grandes que requieren atención continua», explica Roberto Bisogno, presidente de la Asociación Argentina de Empresarios Teatrales (AADET).

Además de las recomendaciones generales de mantener 1,5 metro de distancia entre personas y usar tapabocas, el protocolo establece algunas reglas específicas. Los espacios para trabajar en preproducción y ensayos pueden abrir a partir de las 12 y deben estar ventilados. Artistas y colaboradores, además, tienen que firmar una declaración jurada de que no tienen síntomas de coronavirus. Los maquilladores deberán desinfectar todo el material después de cada tarea y utilizar barbijo quirúrgico. Cinco días antes de la transmisión en vivo de una obra, sus responsables deberán notificar al Ministerio de Cultura de la Ciudad.

Los artistas deben usar tapabocas, menos durante los ensayos o las transmisiones en vivo. Y no pueden compartir camarines, por lo que si hace falta hay que implementar un sistema de turnos para su uso. Sobre el escenario deben permanecer a 1,5 metro entre sí, por lo que la cantidad de personas dependerá de la posibilidad de mantener esa distancia. Para las escenas de mayor cercanía, los actores deberán usar tapabocas o máscara facial. Esto tal vez ponga a prueba la creatividad de los directores teatrales. Además, habrá que incorporar el uso del alcohol en gel en el escenario, sobre todo después de manipular objetos. Y a la hora del cambio del vestuario, el actor deberá hacérselo solo.

Los teatros fueron de los primeros en cerrar, por decisión de los productores, cuando la pandemia apenas había desembarcado en la Ciudad y aún no se había decretado el aislamiento social obligatorio.