Política

La ONU denunció 7 mil muertes por «resistencia a la autoridad» y “graves violaciones de derechos” en Venezuela

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La Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos instó este jueves al gobierno de Nicolás Maduro a acabar con «las graves vulneraciones de derechos» en Venezuela en un informe que se publica tras la reciente visita a Caracas de la alta comisionada, Michele Bachelet.

El documento denuncia que, especialmente desde 2016, el régimen de Maduro y sus instituciones han puesto en marcha una estrategia «orientada a neutralizar, reprimir y criminalizar a la oposición política y a quienes critican al Gobierno».

El trabajo se elaboró mediante 558 entrevistas en Venezuela y otros ocho países a víctimas y testigos de violaciones de derechos humanos y de la deteriorada situación económica, y denuncia la militarización de las instituciones del Estado durante la última década. Además, atribuye a fuerzas tanto civiles como militares la responsabilidad en detenciones arbitrarias, malos tratos y torturas a críticos del gobierno y a sus familiares.

También los culpa de violencia sexual y de género perpetrada durante periodos de detención y en visitas de familiares o amigos a detenidos, así como de un uso excesivo de la fuerza contra las manifestaciones.

En este sentido menciona a los grupos armados civiles progubernamentales, más conocidos como «colectivos», y documenta al menos 66 muertes durante las protestas realizadas entre enero y mayo de 2019, de las cuales al menos 52 son atribuibles a fuerzas de seguridad o bandas afines al régimen.

Mucho mayores son las presuntas ejecuciones extrajudiciales cometidas por las fuerzas de seguridad, en particular por las Fuerzas Especiales (FAES), con 5.287 muertes documentadas en 2018 por supuesta «resistencia a la autoridad» y al menos otras 1.569 entre enero y mayo de 2019, según cifras del propio régimen.

El informe indica que hay al menos 793 personas privadas arbitrariamente de libertad, entre ellas 58 mujeres, y que en lo que va de año 22 diputados de la Asamblea Nacional (Parlamento), incluido su presidente Juan Guaidó (quien el pasado enero se autoproclamó presidente interino de Venezuela), han sido despojados de su inmunidad parlamentaria.

Ante estos abusos, «son pocas las personas que presentan denuncias, por miedo a las represalias o por falta de confianza en el sistema judicial», subraya el informe, que también detecta un deterioro de la libertad de expresión, con un intento por parte del gobierno de «imponer su propia versión de los hechos y crear un ambiente que restringe los medios de comunicación independientes».

«Exhorto a todas las personas con poder e influencia, tanto en Venezuela como en el resto del mundo, a que colaboren y contraigan los compromisos necesarios para solucionar esta crisis que está arrasándolo todo», concluye Bachelet en el comunicado de presentación del informe.

Además, el texto afirma que «el Estado incumple su obligación de garantizar los derechos a la alimentación y la atención sanitaria», aunque señala que, si bien «Venezuela estaba en crisis mucho antes de que se les impusieran sanciones a algunos de sus sectores, (…) las últimas sanciones económicas vinculadas a la exportación de petróleo están agravando los efectos».