Economía

La pobreza se disparó en cuarentena: sería de entre 40 y 41% en el primer semestre

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El Indec informará este miércoles que la pobreza rondó el 40% en el segundo semestre del 2020, poco más de 5%  más que los últimos seis meses del 2019, cuando había trepado al 35,5%. Los analistas privados, sin embargo, aseguran que entre abril y junio de este año el flagelo trepó al 46% y la indigencia, a poco más del 10%. Ello implica que en ese trimestre 21 millones de personas eran pobres, de las cuales 4,5 millones no cubrían las necesidades básicas alimentarias (indigentes).

La situación entre julio y la actualidad no varió demasiado, ya que aunque muchas actividades volvieron a funcionar, tras el estricto confinamiento del segundo trimestre se perdió una gran cantidad de puestos de trabajo, los ingresos cayeron en términos reales y la demanda se desplomó. El último dato del Estimador Mensual Económico (EMAE) de julio mostró una caída interanual del 13,2% y apenas un aumento mensual de 1,1% en la medición desestacionalizada.

Cabe recordar que en agosto la canasta básica total (que define el nivel de pobreza) subió 2,1% respecto de julio y el 41,7% en 12 meses, mientras que la canasta básica alimentaria (que define la línea de indigencia) subió el 2,6% y el 37,8%, respectivamente.

“El dato que va a dar el primer semestre va a ser muy duro y no hay ningún elemento para pensar una mejora en la segunda parte del año, ya que entre enero y marzo no había pandemia. Veo difícil una recuperación en materia del salario real. Creo que es más fácil imaginarse que vuelva a haber una demanda ocupacional a costa de un nivel de salarios depreciados que una recuperación importante de los niveles de pobreza”, afirmó a Infobae el director del Centro del Estudios sobre Población, Empleo y Desarrollo (Ceped) de la UBA, Javier Lindenboim.

El economista y actual director del Banco Nación, Claudio Lozano, remarcó que entre abril y junio la pobreza creció en 12 puntos respecto del primer trimestre, cuando ascendió al 35,5%, lo que equivale a 5 millones más de personas pobres en la Argentina y casi 2 millones más de indigentes.

El analista planteó que es esperable que en el momento en que comience a aflojar la pandemia haya una mejora relativa de los indicadores sociales, pero al mismo tiempo señaló que no necesariamente todas las actividades que se paralizaron volverán a funcionar. Para Lozano, “hubo una caída importante de los ingresos que no se recupera de manera inmediata. Es una barbaridad que en lugar de estar discutiendo cómo mejorar el IFE, estén viendo cómo sacarlo. La situación social que deja la pandemia es sumamente delicada”.