Política

MACONDO Del Estero, una provincia SIN JUSTICIA – Video entrevista

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Eduardo Miguel Carlón es de la ciudad de Quimili, provincia de Santiago del Estero, sin saberlo trabajó para unos usurpadores de campos ligados al gobierno provincial de Gerardo Zamora y cuando descubrió la verdad e hizo denuncias al respecto fue detenido por presunta asociación ilícita en la misma causa que fue encarcelado ilegalmente el exdiputado (PRO) Rodrigo Posse y que mantiene actualmente un pedido de captura para el empresario Guillermo Masoni, amigo de Mauricio Macri

Asustado por las amenazas que viene recibiendo pero temiendo especialmente por la integridad de su familia cercana, Carlón decidió concederle una entrevista a Alerta 140, donde habló de todo y no se calló nada. Trató desde los hechos en los que se vió forzado a participar y las graves extorsiones de personas con fuertes vínculos al poder provincial. 

Carlón comenzó el relato diciendo que había un sistema ilegal de venta de campos, donde un abogado con influencias en la policía provincial, llamado “Aty” Weyenbergh era el encargado de vender los terrenos. 

En la entrevista cuenta que el principal comprador de dichas tierras era nada más ni nada menos que Orlando Canido, el dueño de la gaseosa Manaos. Quien mantiene fuertes lazos con el régimen de Zamora y se ve constantemente envuelto en causas judiciales correspondientes a la evasión, deudas e incluso incidentes con pueblos originarios. 

No obstante, Weyenbergh no estaba solo, además de su fuerte vinculación con la policía o el poder judicial provincial tenía un equipo de cómplices que lo ayudaron a armar una estructura con empleados dedicados al cuidado de terrenos que no le pertenecían para luego poder venderlos. 

En un principio, Eduardo Carlón era contratado para ser uno de los cuidadores de dichas tierras. Hasta que empezó a tener sospechas de que algo no andaba bien luego de que postergaron sus pagos o le dieran menos de lo acordado. Carlón decidió investigar por su cuenta y recolectó pruebas, como cámaras ocultas para registrar testimonios de lo que estaba ocurriendo en su entorno por aquel entonces. 

Volviendo a los Masoni, el entrevistado asegura que los campos que administraba y vendía Weyenbergh a Canido, en realidad eran de la familia Masoni hace más de 70 años. Así pudo constatar con los pobladores vecinos a los terrenos, que conocen a Guillermo Masoni y lo han visto trabajar las hectáreas. 

Resulta que al inicio de las usurpaciones, el pretexto de las tomas surge como falsa figura beligerante el “Movimiento Campesino de Santiago del Estero”, conocido como el MOCASE. Pues en los alambrados circundantes al campo aparecían intervenciones y carteles donde dicho movimiento parecía atribuirse la toma de las tierras, aunque luego se comprobó que en realidad se trataba de los empleados de Weyenbergh. 

Fueron varias las ocasiones donde Weyenbergh le pidió a Carlón que denunciará a Masoni para complicarlo judicialmente, aunque este alegaba no conocerlo y que tenía miedo de ser perjudicado por falso testimonio. Es por ello que así Carlón fue apartado del círculo de Weyenbergh y comenzado a ser hostigado, llegando a las encarcelaciones. 

De un día para otro Eduardo Miguel Carlón fue vinculado como cercano a Masoni por la justicia, donde el juez zamorista Darío Alarcón lo metió por la ventana en la causa que acusa al empresario y sus allegados de asociación ilícita por “quedarse” con las hectáreas de campo en disputa, a pesar de ya haberse declarado que pertenecen hace generaciones a su familia. 

Al igual que al abogado y dirigente opositor Rodrigo Posse, Carlón fue detenido violentamente por presuntos policías de civil sin una orden judicial, extrayendo sus pertenencias y siendo encerrado por la noche en un calabozo que lo dejaría incomunicado de su familia por horas y detenido por semanas.  

Por si fuera poco, la familia de Carlón también se vio envuelta en la escalada de violencia. Hace poco más de un mes su hija fue víctima de una amenaza y anteriormente su esposa fue “apretada” para convencer a su marido de denunciarlo a Guillermo Masoni.  

Entrevista Carlon

TRANSCRIPCIÓN DE LA ENTREVISTA COMPLETA

-Fui detenido por 26 días porque me involucran con alguna gente… con el señor Guillermo Masoni. Desde ese momento y hasta el día de hoy fui amenazado por el Dr. Weyenbergh. Estuve 26 días y ahora hace poco 14 días más, hará como diez días. Yo al que conozco es al señor Weyenbergh, fui contratado por él en el año 2009. Me presentó un amigo mío que era ex policía. Cancino, «Pupo» Cancino le decimos. El nombre es Dardo, pero todos lo conocemos como “Pupo”, que es de la ciudad de Quimilí. Él conocía al señor Weyenbergh, entonces un día me lo presentó, fue a Quimilí el señor Weyenbergh, nos pusimos a hablar y me dijo que necesitaba un encargado en el campo. 

-¿Qué campo?

-En el campo que le llaman el Paraje Carretel o Paraje San Martín.

-¿Y qué hay ahí en ese campo?

-Es el campo que tenía el señor Weyenbergh… 

-O sea, usted fue empleado de Weyenbergh…

-Sí, sí. Y de esta gente que a mi me involucran de la asociación ilícita, yo al que lo conocía, porque cuidaban… ellos son encargados de los campos vecinos, donde yo cuidaba, para Aty Weyenbergh… al señor Pancho, Jorge y Ariel Chingolani. Pero yo nunca trabajé con ellos. 

-¿Pero usted conoce a Guillermo Masoni?

-Lo conozco así de vista, cuando fue un día al campo, que pasaba al campo de ellos ¿no?

-¿Y usted denunció al señor Weyenbergh?

-Sí, yo lo denuncié. 

-¿En qué circunstancias?

-Yo me encontraba en la Policía, en la Seccional 29, en Quimilí. Estuve 26 días, en los cuales a los 15 días que yo estuve detenido ahí, se me presentó un abogado diciendo que lo mandaba “Aty”… O sea, Weyenbergh. Quería que yo dijera, o sea, que acusara a esta gente, que ellos me iban a dar una plata y que incluso en el campo me iba a aceptar el sueldo. Y yo le digo… No los puedo acusar porque… yo por dentro pensaba… no, si yo hago lo que él me dice, voy a ir preso por falso testimonio o cualquier cosa. 

-¿Alguna vez lo amenazaron a usted o a su familia?

-Varias veces. Una vuelta, la primera amenaza que me hacen a mi cuando… Hay un paraje que le llaman El Colorado, a 5km, yendo yo al campo El Carretel de Weyenbergh, se paran en una Toyota Hilux negra sin patente y eran cinco las personas que estaban encapuchadas. Y ellos me decían que si yo no los denunciaba a esta gente, a los Masoni, que yo la iba a pasar mal. Después llegó así también a mi señora, la perseguían. Ahí hay una estación de servicio que le llamamos la Esso, la pararon, le dieron unos papeles para que me convenza a mi para que haga la denuncia y lo acepte como abogado a Vieira, un abogado que se ha presentado en la comisaría. Y yo me negué, les dije que no. Después mi señora va con los papeles en mano y dice «mirá, esto quieren ellos que vos firmes» para que ellos nos dieran una plata. Yo les he dicho que no. Entonces yo le digo a mi señora, si vos podés antes de que ellos vayan, fijate si le podés sacar unas fotocopias a esos papeles que ellos tenían. Y mi señora fue, le sacó una fotocopia y después se les entregó a ellos y yo me quedé con una copia. Y yo hice la denuncia de eso y después el señor Weyenbergh me amenazó con eso. Que si no yo iba a pasar muchos años en la cárcel, así me decía. 

-¿Por qué la insistencia de Weyenbergh para que lo denuncie a Masoni?

-Aparantemente, pienso yo, que para quitarle algún campo… 

-Quitarle un campo. 

-Sí, porque él se dedica a eso. Yo, después de un año y medio, casi dos años, me di cuenta a qué se dedicaba el señor Weyenbergh. O sea, a agarrar campos sin escritura y meterse, y meter gente…

-Tomaba los campos, usurpaba las tierras… 

-Sí, sí. 

-¿Y conoce a otra gente que haya usurpado tierras por órdenes del señor Weyenbergh?

-Sí, el señor Canido. Orlando Canido. 

-¿Y tenían un grupo de personas, un grupo de usuarpadores?

-Sí, les pagaban. Y llevaban gente de acá de Buenos Aires también.

-¿Y se sabe más o menos cuánto le pagaban a esta gente para usurpar?

-Y en aquella vez, que yo le estoy hablando de 2009,2010 les estaban pagando por día dos mil pesos y la comida, a la gente para cuidar los campos. 

-Usted habló de detenciones ¿en qué año arrancaron las detenciones? 

-Ha sido en el… Más o menos en el 2011, 2012 creo que fue la primera detención. 2012. 

-¿Hizo alguna declaración ante escribano o abogado de lo sucedido? 

-De las denuncias que yo… o sea, sí yo hice unas denuncias al señor Weyenbergh porque él lo que me prometía nunca me  pagaba. O sea, me daba lo que él quería, pero nunca…

-Nunca le daba lo acordado previamente. 

-No, no, nunca. Nunca… Incluso ahí la conocí a la Dra. Bravo

 -¿Quién es la Dra. Bravo?

-Es una abogada que ponía Weyenbergh para ir a pagarle a la gente, que yo tengo entendido que la gente que sacan de un campo, era la gente de Salónica. Estaba en frente al campo donde yo le cuidaba a Weyenbergh. Y ahí la conocí a la Dra. Bravo y a otra abogada también, la Dra. Fierro.

-Ellas trabajaban con… 

-Ellas trabajaban con Aty Weyenbergh.

-¿Como cómplices de todo esto? 

-Sí, porque acá un empresario ponía la plata, le daban a Weyenbergh y él, le daba a la vez, a la Dra. Fierro, a la Dra. Bravo y al chofer de él, que le dicen Ruli Suarez, para ir al campo a pagarle a la gente. 

-¿Y solo a usted le pagaban diferente a lo acordado? 

-Sí, porque a mi me pagaban mensual. Yo estaba como mensual ahí en el campo en el que trabajaba para Weyenbergh. 

-¿Quién es el dueño de los campos donde sucedió todo esto?

-El señor Guillermo Masoni. 

-¿Y esas tierras que vende Weyenbergh eran de Masoni?

-Y para mí que sí. Las tierras son de Masoni y esos los vende el señor Weyenbergh porque él agarró como posesión… Anterior a cuando me llevó a mi tenía otra gente, después me ponen a mi ahí para cuidar el campo. 

-¿Usted grabó alguna vez a alguno de estos miembros, situaciones donde hablan con usted y le hacen estos pedidos? 

-Sí, yo en una oportunidad grabé… al primero que lo grabo fue al Dr. Weyenbergh en el estudio, afuera del estudio de él, ahí en Santiago del Estero, en capital. Y después la grabo a la Dra. Mabel Bravo y al chofer Luis Suarez, más conocido como Ruli. 

-¿Y a las abogadas usted las conoce por el Dr. Weyenbergh? 

-Yo las conozco a las Dras. Fierro y Bravo porque sabían ir al campo por el señor Weyenbergh. Weyenbergh les daba la plata para que ellas paguen a la gente que tenían en el campo. 

-¿Y qué conexión tiene todo esto con el señor Orlando Canido?

-Y porque él compraba los campos. O sea, ellos conseguían los campos y le vendían al señor de la Manaos. 

-¿Y sabe quién es el señor Canido?

-Sí, el dueño de la gaseosa Manaos. Orlando, Orlando Canido. Dueño de la Manaos.

-O sea, Weyenbergh le vendía los campos a Canido, que no eran de él.

-Sí, y el señor Carlos Martínez también le ha vendido un campo, tengo un conocido. Después unos señores… González, de apellido. Sanabria. Todos esos le vendieron el campo al señor de la Manaos.  Ese es el encargado general del señor Canido. 

-Como el gestor, digamos. 

-Sí, el señor cuando venía a la ciudad de Buenos Aires, quedaba él encargado de todo. Del movimiento de la gente, de los campos… o si salía alguno que le quería vender campos entonces él lo gestionaba o le pasaba los datos al señor Canido. 

-¿Y por qué… sabe usted por qué hacían todo este sistema, este circuito? ¿Para qué lo involucraban? ¿Alguna vez le contaron cuál era la finalidad o le nombraban a este Masoni, por qué hacían esto? ¿Qué le decían a usted? ¿Qué explicaciones le brindaban a usted o no le brindaban? 

-Ellos la explicación que hizo un día el señor Weyenbergh, cuando estaban la Dra. Fierro y la Dra. Bravo, es que había campos que decían que no eran del señor Masoni, pero yo tenía entendido por los pobladores, porque la gente del campo siempre ha dicho que son los campos de Masoni. Por eso yo después decía ¿dónde me metí? Entonces por eso tomé la decisión de grabarlo, para tener una prueba porque yo hacía denuncias y no tenía ninguna respuesta. Y me seguían amenazando a mi. 

-¿Al día de hoy lo siguen amenazando?

-Sí, si hasta hace poco volví a estar detenido. 

-¿Y cuál es la explicación que le dan para la detención? ¿Qué le dicen?

-Ahora, yo no entiendo porque la denuncia que había ahora última, de hace quince días atrás que estuve detenido… yo no puedo entender. Si yo trabajaba con Weyenbergh y la Bravo, la denuncia sale ahora de la Dra. Bravo ¿me entiende? O sea, yo trabajaba con ellos. Y yo ahora estoy involucrado con esta gente, con Masoni y otra gente más que…

-Que no conoce…

-Claro… Sí, alguno de los empleados de ahí yo los conozco, son vecinos del campo. Pero lo que yo no entiendo, yo quiero una explicación ¿por qué me detienen a mi si yo era empleado de Weyenbergh y de la Bravo? Y ellos hacen la denuncia. 

-¿Y nunca se lo explicaron? Nadie de la justicia…

-No, porque el juez nunca me dio una explicación. Yo se lo planteé al juez, pero nunca me dijeron nada ni la fiscal ni el juez. 

-No le dicen nada.

-No, no. Incluso yo al teléfono lo recuperé la semana pasada, lo tenían también secuestrado. 

-¿Y qué querían con su teléfono? 

-No sé.

-No le explicaron tampoco. 

-Yo se los entregué, obviamente. Les entregué el teléfono para que lo revisen, que hagan lo que quieran, porque no tenía nada raro tampoco. 

-¿Y los procesos de detención cómo fueron, tranquilos o violentos? 

-No, bastante violentos. Entraron con armas en mano, todos de civiles, sin presentar una orden de detención y yo les pedía… 

-Entonces no sabía si eran policías o qué.

-No, no porque estaban todos de civil. Todos de civil. No había un policía que tuviera uniforme. Todos de civil. 

-¿Y cuándo les preguntaba quién les daba la orden no le mostraban nada? 

-No, ninguno. Él me decía tengo acá en el teléfono la orden. Pero le digo bueno pero muéstreme, hágame ver. No, en ningún momento. Yo quiero un papel, algo… En ningún momento me presentaron nada. 

-¿A usted cuándo lo detenían, podía llamar a un abogado?

-No me dejaron, porque me quitaron el teléfono en ese momento. Yo lo tenía… Yo salía de trabajar de la rural, trabajaba por día y como llegué me sacaron el teléfono del bolsillo. Así que, bueno…

-¿Y cuándo estaba dentro de la carcel qué le hacían? ¿También lo maltrataban? 

-No, o sea… había algunos, ciertos policías que uno se da cuenta cuando no lo tratan bien. Y me decían «vos tenés para rato», «viejo» me decían. «Con esta causa tenés para rato, viejo» me decían. Y yo les decía no te entiendo y no sé por qué estoy preso. Si mis patrones eran Weyenbergh y Bravo, ellos son los denunciantes y yo estoy preso. No entiendo nada. Y yo siempre al juez, el Dr. Alarcón, le pedí que me explique porqué yo estoy detenido.

-¿Y qué le decía?

-Y no, no me daba ninguna explicación. «Esto ya se va a solucionar» me decía. Pero nunca me dio una explicación. Y la sigo esperando. 

-Retomando lo de los videos en los que usted graba a las personas involucradas ¿Eso más o menos en qué fecha fue?

-Y ha sido más o menos en el 2011, 2012 por ahí. 

-2012. 

-2012 en adelante, por ahí. Antes de que ellos me hayan sacado. Porque ellos… quiero recalcar algo. Cuando Weyenbergh me hace sacar del campo donde yo estaba como encargado va un policía de Santiago del Estero, Walter Giménez, y cuatro más, armados, me sacaron del campo a mi. No me entregaron ninguna de mis cosas, quedó la moto mía que tenía, no me pagaron, nunca me pagaron… 

-Le sacaron sus pertenencias.

-Sí. Y hasta el día de hoy tampoco me pagaron. Yo a veces pienso que capaz estoy señores me hacen eso, involucrarme con esta gente que yo no tengo nada que ver, para no pagarme, pienso yo. 

-Pero ¿ y para declarar en contra de Masoni y de sus empleados intentaron pagarle también? 

-Sí, sí. Incluso, le digo más. Yo tengo a mi señora, cuando la han seguido a la estación de servicio, le abren un portafolio, le dicen «si tu marido declara contra los Masoni esta plata es para ustedes». Querían que siempre declare en contra de Masoni. A mi señora le hacen ver el maletín que tenía plata. 

-¿Por qué usted dice que no y prefiere seguir insistiendo con la verdad?

-Porque no puedo… porque yo sé que voy a ser perjudicado y voy a perjudicar a gente que no tiene nada que ver. Y me voy a meter en problemas yo. Pienso así, lo veo yo de esa manera. Y yo veo que el señor Weyenbergh me ha tirado, a lo último… a amenazarme.

-¿Sigue en contacto con esa gente?

-No, no. Dios quiera que ni lo cruce nunca porque no quiero… pero yo sigo… o sea, ¿hasta cuándo va a seguir este calvario? ¿hasta cuándo me van a perseguir? si yo no tengo… yo soy un empleado. Pueden ir al Paraje El Carretel donde yo estaba, tengo muchos vecinos que saben que yo estaba trabajando y como encargado de ahí yo nunca anduve en nada. Después ellos me sacaron, yo le había dicho a mi me pagan y me sacan del campo. Y ellos han venido con armas, me han sacado del campo… 

-¿Ellos quiénes? 

-El señor Weyenbergh y su gente. Eran ex policías corridos que andaban con el uniforme ahí en el campo… Se presentó también un juez de paz, que es de la ciudad de Quimili, que ha ido varias veces para el campo y el hijo de Weyenbergh, Cali, él fue a Quimili, ha hecho papeles, le ha hecho firmar a la gente amenazándolos y nunca más le ha pagado a la gente. 

-A ninguno. 

-Ni a mi tampoco. No, a ninguno. 

-¿Y ellos no piensan declarar? ¿Habló con ellos o…? 

-Hay unos muchachos que ellos siempre han dicho que ellos van a insistir en el día de mañana porque ellos quieren cobrar. Ellos iban a trabajar porque los llevaban con mentiras diciendo que era para hacer alambrado, hacer desmonte, hacer limpieza… Y no.

-¿Y los hacían quedar en ese lugar a dormir? 

-Sí, los tenían ahí en carpa. Yo le digo porque yo estaba en frente. De donde me dejó Weyenbergh, ellos estaban al frente. 

-¿Y la policía nunca iba a ver?

-Pasó un caso, una vuelta… Pero la policía no aparecía nunca ¿por qué? porque él estaba manejada por Weyenbergh. La policía estaba manejada por el Dr. Weyenbergh. Yo lo que veía cuando él conversaba con la Dra. Fierro, él le decía que él tiene muy buenas vinculaciones en el tribunal y lo manejaba a su antojo. Y él lo decía, siempre lo decía. «A mi nadie me va a tocar». Incluso, una vez cuando a mi me llevan a declarar para que haga una ampliación en el Juzgado de Quinta Nominación me junto en el hotel, cuando la traen a mi señora también, la dejan encerrada ahí, me llevan a mi y al rato aparece el Dr. Weyenbergh caluroso, se saca el saco y cuenta que le había pegado al Dr. Rodrigo Posse.

-¿A Posse? ¿Cuál es su relación con él?

-No,no. Yo conozco ahora al Dr. Rodrigo Posse por la causa de ahora.

-Claro, pero no lo conocía de antes…

-No, no. Antes no lo conocía. Ahora a lo último sí porque él se dedica a la política.

-Claro, por la cartelería de la calle, cosas así.

-Y el Dr. Weyenbergh vino aplaudiendo porque le había pegado a Rodrigo Posse. En tribunales le había pegado. «Así ningún otro abogado se va a meter conmigo dijo»

-¿Sigue en Santiago del Estero usted? ¿En el mismo lugar? 

-Sí, sí. Es el intocable del lugar. Él y el hijo. 

-Pero usted ¿sigue viviendo ahí también?

-No, yo vivo en Quimilí, provincia de Santiago del Estero. A 208 km de la capital. Y bueno, yo vengo a este medio porque a veces temo por mi vida, pero si a mi me llegara a pasar algo, el único culpable es Weyenbergh. Yo siempre lo he dicho… y tengo una carta escrita que si el día de mañana me llega a pasar algo, el primer responsable va a ser el Dr. Weyenbergh, si me pasa a mí o a alguno del grupo de mi familia… porque él siempre me tiene amenazado. Imagínese que ahora hace poquito me vuelven a detener. Así que no lo entiendo ¿Qué puede esperar?

-Puntualmente de su familia nombró que amenazaron a su esposa. Entiendo que también tiene una hija, ¿a ella también la han amenazado? ¿por qué motivo la han amenazado y en qué circunstancias? 

-Cuando la amenazan a mi hija, ahí en… todos lo conocemos en Santiago del Estero capital, en Jugo Mes de la Av. Aguirre. Antes de llegar a Jugo Mes, la para un auto a mi hija, se bajan y le dicen «decile a tu papá que tiene una hija hermosa» ¿y qué quieren decir con eso? Me hacían todo eso para que yo denunciara. Como me decía Cali, el hijo de Weyenbergh, «vos en algún momento te vas a quebrar y vs a denunciarlos a los Masoni» y yo le decía que nunca. Ellos querían que yo los denuncie a Masoni.

-¿Cuántos años tenía tu hija cuando la amenazaron?

-Y, ella tenía 18 años… 18 años tenía mi hija. Y yo sigo teniendo miedo… Incluso la policía, cuando me detienen ahora a lo último, un policía me dijo «Otra vez no has cumplido con el Dr. Weyenbergh». Así, textuales palabras.

-¿Eso cuándo fue?

-Un mes hará… No has cumplido con el Dr. Weyenbergh, textuales palabras dijo.

-¿Pero usted finalmente termina o no termina cediendo ante la presión de denunciar a Masoni? ¿Tuvo que ir al juzgado?

-Sí, yo fui al juzgado. Yo sí lo denuncié a Masoni, pero por presión de esta gente. Cuando me van a llevar al Juzgado de Quinta Nominación, a cargo de la Dra. Falco, me dice «Ah viene a declarar» y yo le digo… no, Dra. yo le quiero decir antes de hacer esto que hay gente que me ha traído amenazado. 

-¿Cómo que lo amenazaban? ¿Qué le decían?

-Sí, Walter Giménez venía con una pistola, se le veía bien en la cintura. Yo le decía (a la Dra.) que estaba ahí en el pasillo. Ella se hacía la que salía, llegaba hasta la puerta y volvía. «No hay nadie» decía. El que a mí me lleva al Juzgado es el Dr. Emiliano Aguirre que después él le dice a la Dra. «el muchacho no va a declarar en contra de Masoni» y yo le digo «pero si yo ya he declarado y denunciado en contra de Masoni como ustedes me han dicho, y no quiero que me molesten más». Entonces ahí desaparece el abogado Emiliano Aguirre, se va por los pasillos y no vuelve nunca más. 

-No lo ve más.

-No. Y la Dra. nunca me escuchó cuando le dije que estaba esa gente ahí afuera. Porque ahí estaban, Walter Giménez estaba y tenía una pistola en la cintura. Él siendo policía ya corrido de la fuerza ¿no?

-¿Weyenbergh le dijo alguna vez por qué hacía esto? ¿Por qué le pedía que denuncie a los Masoni, por qué se quería quedar con el campo de los Masoni?

-Él no me dijo, pero yo creo que…pienso que para quedarse con el campo de los Masoni. Porque todos los pobladores siempre han dicho que esos campos son de los Masoni. Cuando yo le decía al chofer de Weyenbergh que esos campos eran de los Masoni, él lo negaba, decía que eran de Weyenbergh. Pero no… Los pobladores siempre han dicho que son de la firma Masoni. 

-Usted habla que los pobladores decían que los campos eran efectivamente de Masoni ¿Cuál era la relación de Masoni y los empleados de él con los pobladores?

-Lo que sé es que tienen muy buena relación, son buena gente, nunca se han llevado mal. Una vuelta cuando van a tomar un campo, la firma Masoni estaba trabajando, entra la gente de Weyenbergh a sacarlos. En esa época había un tractor, uan casilla y una rastra entran a sacarlos a la fuerza y después a poner carteles por órden del Dr. Weyenbergh…

-Pero, perdón ¿El Dr. Weyenbergh tiene algo que ver con el MOCASE (Movimiento Campesino de Santiago del Estero)?

-Que yo sepa no. Pero él ha usado su nombre para que los Masoni crean que era el Mocase el que los sacaba. Por eso ha puesto los carteles. Creo que se ha filmado también esos carteles que estaban puestos en el alambre. Los hacían poner el Dr. Weyenbergh y la Dra. Bravo. 

-Pero yo pregunto… ¿no fue Masoni el que una vez cedió sus campos a la provincia para esta gente? ¿No lo hizo ya en otras oportunidades? ¿Por qué le tomarían la tierra?

-Eso es lo que yo no logro entender, pero yo sé por los pobladores que la firma de Masoni le ha dado las escrituras a los de MOCASE. Pero no sé porqué el señor Weyenbergh ha querido usar al MOCASE, siendo que él no tiene nada que ver con el movimiento. La única persona que sí tenía que ver, que era la abogada de MOCASE un tiempo, ha sido la Dra. Fierro. Ella andaba ahí en el grupito y al verla a ella van a decir «esos son del MOCASE», pero los demás no tenían nada que ver con el MOCASE. 

-O sea, una vez que dio las escrituras de esas tierras, igual querían seguir… No los del MOCASE, sino Weyenbergh seguir tomando las tierras. 

-Y yo pienso, mire… hasta los medios… está saliendo en algunos medios locales que MOCASE está teniendo problemas de nuevo porque parece que quieren apoderarse de tierras, siendo que ellos ya han recibido escrituras. Pero, yo siempre digo… acá el señor Weyenbergh no sé qué vinculación tiene. O por la Dra. Fierro capaz que vengan agitando a esta gente porque está habiendo problemas. 

-¿Le gustaría decír algo más? ¿Algún mensaje?

-Sí, yo quiero que si a mi en algún momento me pasa algo, de acá en adelante, el único responsable es Weyenbergh. Es el único culpable, porque él hasta el día de hoy me sigue persiguiendo y yo creo que lo hace para no pagarme todos los años que me deje de que estuve trabajando con él…

 

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