En una semana en la que el gobierno debe decidir qué nuevas medidas implementar ante la urgente situación de aumento de casos, este martes parecen haberse multiplicado las marchas y cortes en la Capital Federal, que aumentan el riesgo sanitario sobre el que alertan el Presidente y sus ministros.
Este martes, por segundo día consecutivo, la Ciudad amaneció sitiada por manifestaciones. Sectores de izquierda y organizaciones sociales se congregaron en las inmediaciones del Obelisco, el Ministerio de Desarrollo Social y otros puntos clave, para dirigirse hasta la sede del Ministerio de Trabajo, donde se realizará el Consejo del Salario. Allí harán una jornada de ollas populares, en reclamo de alimentos y puestos laborales.
Bajo la consigna “Unidad de Trabajadores ocupados y desocupados”, en la marcha confluyeron trabajadores aeronáuticos de LATAM, ferroviarios del Ferrocarril Roca, personal de salud de los hospitales Larcade, Garrahan y Clínica San Andrés, tercerizados de Edesur y Luz y Fuerza y docentes. Para el Gobierno, más allá del reclamo en sí, resulta toda una complicación en medio de una situación sanitaria por demás alarmante.
En Casa Rosada admiten que se trata de un panorama difícil de resolver en el corto plazo y conceden que el intento de alcanzar «una tregua» no tuvo eco en los distintos sectores. Con todo, las manifestaciones con cientos o hasta miles de personas, sin distanciamiento y en muchos casos sin barbijos, se repiten cada día. Y aquella advertencia («A mí, la rebelión no») que lanzó el jefe de Estado cuando anunció el alcance de su DNU hoy parece extemporánea y acotada exclusivamente al cumplimiento de los horarios comerciales impuestos al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
“Las movilizaciones contagian. Creo que los reclamos plantean algo que está pasando en los barrios pero yo planteo que no es tiempo de movilizaciones, todos debemos dar el ejemplo. Los dirigentes políticos y los sociales también», dijo este lunes el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, pidiendo responsabilidad a los líderes de las marchas.
El funcionario encargado del vínculo con los movimientos sociales buscó diferenciar a aquellas «marchas que están más politizadas» de las que hacen un planteo concreto, y expuso que «si hay un grupo que viene el lunes, el miércoles y el viernes, es que responde a un esquema», al advertir por los intereses partidarios de algunas organizaciones.