By En medio de una fuerte escalada inflacionaria y una sequía que no permitirá el ingreso de dólares al país, el personal técnico del Fondo Monetario Internacional (FMI), informará sobre el pedido de Argentina de flexibilizar los objetivos de acumulación de reservas netas en las arcas del Banco Central para este año.
Las autoridades argentinas llegaron a un acuerdo esta semana sobre la cuarta revisión de su programa crediticio por 44.000 millones de dólares y formalizaron una solicitud para revisar los objetivos de reservas internacionales netas que el Gobierno está luchando por alcanzar.
Es que la Argentina, el mayor prestatario del FMI, ha sufrido una severa sequía que derrumbó la producción de soja y maíz, sus principales exportaciones, lo que le restará ingresos en divisas por al menos 20 mil millones de dólares este año, según el cálculo de la Bolsa de Buenos Aires.
Si bien, el Gobierno de Alberto Fernández, bajo la revisión del tercer programa, se fijó el objetivo de aumentar las reservas netas a 5.500 millones de dólares para fines de marzo y a 9.800 millones para fines de año, con la gravedad de la crisis en el sector del agro, está claro que no se llegará a esa meta.
Por otra parte, la meta de reservas está en pleno proceso de autorización ante el directorio del FMI para ser revisada a la baja, según fuentes oficiales, en al menos USD 3.000 millones.
Al parecer, el nuevo objetivo sería más accesible, previendo que el Fondo apruebe en los primeros días de la próxima semana el desembolso de USD 5.400 millones, de los cuales habría que devolver casi de inmediato poco más de la mitad. El saldo restante contribuiría a engrosar el magro nivel de reservas para cumplir, a fin de mes, la nueva meta trimestral.
