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Sextech: Tecnología para niños grandes

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La revolución ha llegado. Incluso la Feria Electrónica de Consumo (CES) admitió en 2020, por primera vez en su historia, una sección de dispositivos sexuales dentro de la categoría Salud y Bienestar de la convección. El SexTech ha llegado para quedarse, especialmente después del reto que ha supuesto el confinamiento para la pasión y las relaciones de pareja.

Aunque aún es desconocido, abre toda una posibilidad de vivir una sexualidad como nunca antes se habría propuesto. Más allá de los juguetes eróticos en sí, se ponen sobre la mesa nuevos mecanismos y la creación de aparatos innovadores para alcanzar el placer de forma saludable.

Tecnología erótica para relaciones del siglo XXI

Las relaciones a distancia no volverán a ser iguales. Además del vibrador a control remoto, que ha conseguido que el sexting haya dejado de ser una práctica tabú a ser considerada como moda y algo habitual en estos tiempos, la idea detrás del concepto de sexting apunta a dar un salto más: conseguir la sensación de dar y recibir besos, caricias y el contacto íntimo en la distancia. Esto es posible gracias a los sensores que se conectan a las pantallas táctiles. A través de ellas, los dispositivos eróticos enviarán mensajes al cerebro para favorecer las hormonas de la felicidad y el erotismo.

El objetivo pasa por poder materializar cualquier fantasía y crear diferentes percepciones en las personas que los utilizan, ya sea de forma asíncrona o coordinada. Los investigadores llevan años desarrollando la tecnología que hará del SexTech el presente. Ahora que el tabú sobre la sexualidad parece herido en su línea de flotación, la demanda de dispositivos de tecnología sexual no deja de crecer. Esto, apuntan desde empresas como CHERISH que apuestan por este tipo de artículos eróticos, impulsará el desarrollo y la aparición de nuevas fórmulas para garantizar la seguridad y el bienestar sexual.

SexTech, una apuesta de futuro

El cambio en la visión de la sexualidad, la propia y la de quien comparte, ha impulsado en los dos últimos años las ventas en el sector. Se espera que el volumen de negocio que operen los dispositivos de tecnología sexual supere en 2025 los 9.000 millones de dólares.

Y eso que las mayores revoluciones y los dispositivos más avanzados apenas se han desarrollado. Cada día está más cerca conseguir imprimir con 3D la réplica de los genitales de otro individuo y coordinar los movimientos eróticos a través del móvil o dispositivos wearables. Algunas empresas estudian ya cómo desarrollar el poder sentir en el cuerpo el orgasmo de varias personas de forma simultánea.

Hasta hace relativamente poco tiempo, los sex toys con mando a distancia eran una excentricidad. El público desconfiaba de que el control remoto fuera potencialmente placentero para ambos. Ahora, los vibradores a control remoto son uno de los artículos más demandados. Los más avanzados funcionan incluso en distancias internacionales. El sextech aún tiene mucho potencial, y una sociedad ahora más abierta para explorar nuevas oportunidades para vivir una sexualidad más plena y consciente.

Y ello teniendo muy presentes los riesgos y vulnerabilidades al hackeo que pueden tener este tipo de dispositivos del futuro.