By El fiscal federal Carlos Stornelli pidió este jueves la indagatoria de Miriam Lewin, la Defensora del Público de la Nación, por la creación del nuevo observatorio de medios (NODIO).
Además, pidió a la jueza federal María Eugenia Capuchetti el dictado de una medida cautelar para frenar el observatorio denominado NODIO, una herramienta ideada por Defensoría del Público para «proteger a la ciudadanía de las noticias falsas», que generó críticas en las redes y de parte de la oposición.
Desde el organismo liderado por Lewin, se aclaró esta semana que «no existe intención alguna de llevar adelante ni el control, ni la supervisión de la tarea de la prensa, actividades que son incompatibles con las funciones» de ese organismo autárquico y remarcó que el Observatorio Nodio sólo «aportará una mirada desde el estudio cualitativo y cuantitativo de la violencia simbólica y noticias maliciosas ya emitidas».
Nodio, aún en etapa de conformación, fue supuestamente pensado como «una línea de trabajo que contará con la participación de plataformas digitales, universidades, comunicadores, sindicatos, cámaras empresarias, empresas de comunicación y miembros de la sociedad civil».
«Tiene como objetivo promover la libertad de expresión y el debate democrático», se defendió la Defensoría, un organismo creado con ese fin por la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, bajo la órbita del Congreso Nacional y sin capacidad sancionatoria.
«La Defensoría está muy lejos de cualquier intento de control de la información pública. Por el contrario, nos propusimos, desde los inicios de esta gestión concretar una apertura a todos los actores del sector interesados, pilares para el trabajo en conjunto por una sociedad más participativa, inclusiva y democrática», explicó Lewin.
«La desinformación y los discursos violentos son una preocupación de organismos supranacionales», expresó la Defensoría y recordó que en el 2019 el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, postuló un plan de acción a partir de la certeza de que «el discurso público se está convirtiendo en un arma para cosechar ganancias políticas con una retórica incendiaria que estigmatiza y deshumaniza a las minorías».
