Política

Un periodista reveló como funciona el aparato de propaganda massista en A24

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El periodista especializado en economía Carlos Mira no está contento con su breve compromiso con el canal A24.

Conocido por sus análisis sobre actualidad económica en Infobae y sus artículos en El Cronista y La Nación, el periodista anunció hace tan solo unas semanas semanas que se iba a sumar al equipo periodístico de Eduardo Feinmann en A24.

A comienzos de enero de este año, en su perfil de Facebook, había publicado: “A partir del 3/2 voy a incorporarme al noticiero de A24 que conduce Eduardo Feinmann de 19 a 22 hs. Para mi es una apuesta muy importante y espero retribuir fundamentalmente la confianza de Eduardo que me propuso la idea. Será un año de mucha información y donde, a mi juicio, la Argentina juega los últimos de los pocos cartuchos que le quedan para defender la libertad. Muchas gracias Edu G. Feinmann y Juan Cruz Avila por la confianza!!! Los espero!!”.

 

Pero la alegría le duró poco: su participación en como analista en la pantalla chica duró pocos días.

Mira llegó a formar parte del programa a partir de la confianza que le otorgó Feinmann, quien un día lo incluyó como panelista invitado: “Eduardo, a quien conozco hace más de 25 años, me respondió con una invitación para su programa de esa misma noche. A eso de las 21:30 estaba sentado en la mesa semicircular de su noticiero. Eduardo me preguntó cómo veía la cosa y de allí en más pasaron unos 20 minutos muy fuertes, incluyendo un cambio de ideas intenso con Natasha Niebieskikwiat. Enseguida me di cuenta que el bloque había pegado fuerte. Eduardo también. En la próxima hora sume un 10% adicional de toda mi base de seguidores de Twitter. Mi WhatsApp no paraba de saltar en la pantalla de mi teléfono con palabras de aliento y felicitación”, contó el propio periodista en una nota que compartió en The Post Arg.

Sin embargo, la invitación a formar parte del programa venía con peros: en una reunión previa que mantuvo con Juan Cruz Ávila, principal productor del canal, fue indagado por su «ideología».

En su publicación, Carlos Mira explicó lo que sintió tras esa pregunta: “Mi cerebro quedó girando en su propio disco duro por unos milisegundos y, también sonriendo, le dije ‘yo soy liberal de la Constitución, un alberdiano’. Juan Cruz se me quedó mirando con la misma cara que habría puesto si yo le hubiera explicado la fórmula de la fusión nuclear, y me dijo: ‘Nosotros somos massistas’. Después me habló maravillas de Daniel Vila y me dijo que le diera bola, que si él me llamaba por algo le diera bola”.

Si bien el programa comenzó el año con grandes mediciones de ráting, superando a TN en su franja horaria, los espacios en cámara de Carlos Mira comenzaron a dilatarse.

El periodista contó que intentó desarrollar varios temas que contenían críticas al gobierno actual o al de Cristina Fernándes de Kirchner, pero que el productor del programa siempre encontraba una excusa para no darle aire: “Para ese entonces, mis intervenciones se empezaban a limitar a meter comentarios aislados sobre temas de discusión de la mesa, pero nunca a desarrollar los que había propuesto”, comentó Mira.

Y agregó: “Otro día mandé unos cuadros que demostraban el desplome de los depósitos en dólares luego de las PASO, pero tampoco pude desarrollarlos”.

Se encontró luego con que los pocos espacios al aire que le daban también comenzaban a achicarse. “Una tarde a mí y a (Luis) Rosales nos dijeron que íbamos a entrar más tarde a eso de las 7:45. Al otro día lo mismo. Pero cada vez entrábamos más tarde al aire. Al tercer día a ese dúo de confinados se sumó (Guillermo) Laborda”.

A pesar de que los números del rating acompañaban el programa, desde el canal usaron como excusa un supuesto bajo rendimiento para echarlo.

El encargado de avisarle sobre su salida fue un productor del programa: “Me dijo que los problemas con el rating seguían y que habían decidido volver al esquema del año anterior; que iban a retirar toda la opinión del programa. Así, que no fuera más”.

Sobre su salida, el periodista evaluó: “Todos se portaron muy bien conmigo. Me llamaron Gabriel, Luis y Guille para interesarse por lo que había pasado. No pude despedirme de ellos. Pero les deseo lo mejor. Le vuelvo a agradecer a Eduardo por la oportunidad y lamento que, lo que seguramente tuvo en mente en algún momento, no pudo cristalizarse. Aquellas alarmas interiores que sonaron desde la pregunta inicial ‘¿Vos que ideología tenes?’ tardaron en materializarse menos de lo que pensé. Pero la experiencia me sirvió para confirmar que mi temor inicial era correcto: la libertad está en peligro en la Argentina”.