El Gobierno decidió este viernes que 16 embajadores políticos (aquellos que no son de carrera diplomática) dejen sus sedes y vuelvan al país antes del traspaso presidencial, el 10 de diciembre.
los embajadores que tendrán que volver a Buenos Aires son los que cumplen funciones en Estados Unidos, Fernando Oris de Roa; en Israel, Mariano Caucino; en China, Diego Guelar; en Chile, José Octavio Bordón; en España, Ramón Puerta, y en Bolivia, Normando Alvarez García.
El decreto alcanza además al embajador ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unicef), Rodolfo Terragno; en Portugal, Oscar Moscariello; y en Uruguay, Mario Barletta.
En la nónima de quienes deberán hacer las valijas aparecen también el embajador ante el Mercosur y la Aladi, Mauricio Devoto; en Ecuador, Darío Giustozzi; en Paraguay, Héctor Lostri; en Costa Rica, Patricia Giménez; en México, Ezequiel Sabor, y en Perú, Jorge Yoma.
El decreto establece que «los funcionarios deberán encontrarse en la República el día 9 de diciembre de 2019», es decir un día antes del traspaso presidencial.
Además, el Gobierno ordenó el regreso a Buenos Aires del embajador ante el Vaticano, Rogelio Pfirter. Si bien se trata de un diplomático de carrera, está jubilado y ejercía su misión especialmente convocado.
Alberto Fernández, como lo hicieron los anteriores Presidentes, prometió cambiar todo el plantel de embajadores designados por el que será su antecesor a partir del 10 de diciembre y, por lo general, todos los gobiernos se reservan las embajadas centrales para nombrar a propios, incluso embajadores que son del cuerpo diplomático.
Por ejemplo, el kirchnerismo conservó a lo largo de todo el mandato de Macri a funcionarios de carrera peronistas que le son muy fieles. Algunos de mucha trayectoria, como Pablo Tettamanti, mentado como un potencial vicecanciller para balancear el poder del futuro canciller político.