By Luego de que se conocieran los datos oficiales de pobreza e indigencia en Argentina, Cristina Kirchner utilizó su cuenta de Twitter para reclamarle al equipo Económico “una intervención más precisa y efectiva” sobre las empresas alimentarias, ya que la alta inflación generó 17,3 millones de pobres en el primer semestre del año.
El primero en recoger el guante, fue el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, quien remarcó que las empresas no tienen “la culpa” de los actuales desequilibrios que atraviesa la Argentina y admitió que los márgenes empresariales seguirán “más altos que los normales” si no se estabiliza la macro.
“Hasta que no logremos la unificación cambiaria, habrá cierto desorden y márgenes empresariales más altos que los normales. Pero unificar el mercado de cambios, sin robusto Superávit Fiscal Primario, y casi sin Reservas, luce demasiado riesgoso. El norte (3 años?) debería ser ese”, expresó el funcionario a través de sus redes sociales.
La culpa del desorden cambiario, las altísimas brechas, la obligación a financiarse a 180 días para importar, cupos, etc., etc., no la tienen las empresas. Aunque haya abusos normativos y corrupción. Es nuestra responsabilidad (gobierno) que todo esto mejore. En eso estamos.
— Gabriel Rubinstein (@GabyRubinstein) September 29, 2022
En esa línea, el economista indicó que el exceso de demanda que provoca el déficit fiscal seguirá impulsando una alta inflación. Y remarcó que el Ministerio de Economía busca bajar la brecha cambiaria, generar acuerdos y otras acciones, para que el índice de precios al consumidor descienda del 90%, al 60%, que se contempla en el Presupuesto 2023. Aunque admitió que es “solo un primer paso”.
Además, el vice de Sergio Massa, puntualizó en la necesidad de “volver a la macro” económica de los años 2003-2005. En ese entonces, según recordó, el superávit primario era del 3% del PIB y había superávit externo, existía un único dólar, la inflación era del 5% anual “sin controles de precios”, la tasa Lebac (Leliq) era del 6% anual y había 40.000 millones de dólares de reservas netas.
“La culpa del desorden cambiario, las altísimas brechas, la obligación a financiarse a 180 días para importar, cupos, etc., etc., no la tienen las empresas. Aunque haya abusos normativos y corrupción. Es nuestra responsabilidad (gobierno) que todo esto mejore. En eso estamos”, cerró el economista que llegó al gabinete de la mano del tigrense, aunque con fuertes críticas por parte del kirchnerismo.
