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Un argentino denunció que fue deportado de Irán por ser gay

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Alejandro Modarelli, periodista y escritor argentino, denunció que fue deportado esta semana de Irán cuando intentaba ingresar al país junto a un amigo para pasar unas vacaciones. Según aseguró, al tratar de tramitar la visa en Estambul, en el aeropuerto Imán Jomeini de Teherán, fue interrogado por su condición sexual y su respuesta afirmativa a si era homosexual causó la posterior expulsión.

En Irán, indicó que le retuvieron el pasaporte y lo mantuvieron 24 horas en el aeropuerto a la espera del siguiente vuelo de Turkish Airlines con destino a la capital turca. «Me sentí vulnerable. Fue un interrogatorio de un agente pesado», relató el escritor a Infobae.

«‘¿Usted es el autor de este libro?’, me dijo un agente de migraciones, mirándome fijo a los ojos, mientras señalaba Fiestas, baños y exilios: los gays porteños en la última dictadura, libro que publiqué en 2001 junto al escritor Flavio Rapisardi. Respondí que sí y a partir de ahí el trato cambió: se levantó y hubo otro clima; nos dejaron de hablar», contó.

El periodista tenía planeado un viaje turístico por Teherán y también la idea de aprovechar las vacaciones para recopilar material para construir otro libro de crónicas en Medio Oriente: «Había estado en contacto con varias personas de Irán, con quienes me reuniría en pos de escribir una nueva historia relacionada a cómo viven los homosexuales radicados allí. Esto no se lo dije a las autoridades porque el motivo principal de mi visita era en plan turístico».

«Quería conocer los sitios históricos de Teherán. Me dijeron que se podía sacar la visa on arrival, es decir directamente en el lugar. Llegué y tenía que completar un formulario, en donde no debía especificar la orientación sexual, sólo cosas formales como mi profesión, entre otras», sostuvo.

Modarelli narró que, tras abonar la visa, se sentó a esperar que se la aprobaran junto a su amigo, quien lo acompañó en el VIP de la compañía aérea: «No me encerraron en una especie de cárcel, estuve en un lugar muy cómodo», explicó. Y mientras aguardaba la espera del vuelo para regresar a Turquía, un supuesto funcionario, con uniforme oficial, se acercó y le propuso tramitarle la visa «por izquierda» por 200 dólares.

El escritor especificó que el «funcionario» se acercó dos veces más: «Tenía los pasaportes con él, eso hizo todo mucho más real», contó. Sin embargo, la tercera y última aparición expuso al iraní llorando, suplicando que no lo denunciaran ya que lo habían descubierto mientras intentaba efectuar una nueva estafa. «Lo hacía todo el tiempo, era empleado del aeropuerto y aprovechaba el cambio de horario de migraciones. Buscaba los pasaportes retenidos, cobraba la plata con el mismo speech y a partir de ahí se desentendía», contó Modarelli.

Tras un día en el aeropuerto pudo volar hacia Estambul: «Nos tuvieron sin decirnos nada, parados, fue bastante pasado. Al haber sido deportados debieron chequear las razones. El cónsul  me dijo que el problema hubiera sido si me ponían en el pasaporte: ‘Deportado por peligro a la seguridad nacional’, porque es un delito ser homosexual en Irán», manifestó Modarelli.

Y agregó: «Me perturbó mucho la situación, me angustió mucho. Es un momento en el que te quedás solo. La experiencia de ser deportado, aún en estas condiciones favorables, te hace empatizar mucho con los migrantes. Estuve nervioso, sufrí la vulnerabilidad. Fueron horas que la pasé muy mal. Me sentía en la época de la dictadura nuestra. Nunca pensé que iba a ser objeto de una pesquisa».