By Luego de haber recibido el visto bueno del Fondo Monetario Internacinal (FMI), sobre el cumplimiento de las metas del acuerdo, el ministro de Economía, Sergio Massa, viajó a Washington por 72 horas para participar de la asamblea anual de ese organismo y del Banco Mundial.
Uno de sus principales objetivos es participar en la reunión de ministros del G-20, preparatoria de la cumbre presidencial de Indonesia. Allí se sentará en la misma mesa con muchos de sus pares de los países que integran el Club de París. Con ellos deberá renegociar la deuda de 2.000 millones de dólares, un pedido expreso del FMI.
Mientras tanto, el titular del Palacio de Hacienda, aprovechará la oportunidad para correrse de la crisis política que afecta al Gobierno nacional y que derivó en el recambio de miembros de su gabinete.
Con el arribo de las albertistas, Victoria Tolosa Paz, en Desarrollo Social y Kelly Olmos, en Trabajo, el Gobierno marca profundamente la distancia entre el Presidente y su vice, Cristina Kirchner, quien no solo no fue consultada sobre os cambios, sino que no dio ningún tipo de señal política.
Para el líder de Economía, tampoco será un fácil regreso, ya que deberá enfrentar el próximo viernes la peor noticia de cada mes: el índice de inflación, que se supone estará nuevamente cerca del 7%, para septiembre.
Asimismo, mes tras mes, el índice de precios se acerca más a las proyecciones de las consultoras privadas, que lo apuntan al 100%, aunque para Massa, solo será del 95 por ciento. Lo que igual es altísimo, para el nivel de vida de los argentinos que lo padecen.
