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Luana Volnovich y el escándalo de sus vacaciones en el Caribe

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El gobierno nacional suma un nuevo escándalo luego de que Luana Volnovich, la titular del PAMI, fuera fotografiada de vacaciones en el Caribe.

Holbox, el sitio que Luana Volnovich eligió para descansar, ubicado en el estado de Quintana Roo, es en realidad un islote con menos de 40 km2 de extensión que descansa sobre el Mar Caribe, a una hora de distancia de Cancún.

La otra sorpresa es que Volnovich fue vista junto a su pareja, a la sazón su segundo al frente de la obra social de los jubilados, Jorge Martín Rodríguez Alberti, jefe de la agrupación kirchnerista en Hurlingham y actualmente su pareja.

Según trascendió el inicio de la relación fue posterior al acceso de ambos a los puestos de responsabilidad en que ahora se encuentran. En estos momentos están de regreso en el país y el lunes 17 retomarían sus funciones.

Desde el gobierno las reacciones fueron dispares, desde el clásico ninguneo discursivo a fin de relativizar los sucesos hasta la argumentación irónica, pasando por la defensa a ultranza. En este último grupo el ejemplo más fuerte fueron los dichos vertidos días atrás por Víctor Hugo Morales en su programa radial.

El conductor y relator deportivo uruguayo, quien curiosamente llegó a estar a mediados de los ’80 al frente de un programa («El espejo») que ponía de relieve la valoración de los destinos turísticos nacionales, transmitido por Canal 13, expresó en el editorial de La mañana de AM750, entre otras cosas: «Se veranea como se puede, como se dan las circunstancias y las ocasiones. Hoy el periodismo mafioso está muy ocupado por las vacaciones de Luana Volnovich. Ella está a 100 kilómetros de Cancún, sin embargo a los medios le queda mejor decir que está en Cancún para darle más efecto a la crítica solapada e imbécil«.

Fuera de las defensas orgánicas, desde PAMI aseguraron que durante la ausencia de Volnovich las diferentes áreas funcionaron con normalidad y que la funcionaria estaba al tanto de todo lo que sucedía, pese a estar, justamente, de viaje.

Los dardos dialécticos entre La Cámpora y el albertismo siguen su curso, en gran medida por el enfrentamiento solapado entre ambas agrupaciones. Lo cierto es que éticamente es un nuevo paso en falso y la situación colabora en corroer un poco más la imagen de un gobierno que procura, cada vez que puede, barrer la basura debajo de la alfombra.